Proceso de Rebranding

Cristina Moya Delgado

En el vasto universo de la mitología griega, encontramos relatos que, aunque antiguos, resuenan con sorprendente actualidad en el mundo empresarial. Uno de estos conceptos es la lotofagia, extraído directamente de las páginas de la inmortal Odisea de Homero. Esta idea describe un estado particular inducido por el consumo de una planta mítica, el loto, cuyos efectos sumergían a quienes la probaban en un olvido placentero, despojándolos de sus anhelos y, fundamentalmente, del deseo de retornar a sus hogares o a sus metas iniciales.

Trasladando esta poderosa metáfora al ámbito del branding, la lotofagia nos ofrece una perspectiva singular para comprender la necesidad de un rebranding. Podemos imaginar una marca que, con el paso del tiempo y quizás el éxito inicial, ha caído en una suerte de "olvido placentero". Esta situación no implica necesariamente un fracaso estrepitoso, sino más bien una deriva sutil hacia la complacencia, una desconexión paulatina de los valores que la impulsaron en sus orígenes y una creciente distancia con las necesidades y expectativas de su público.

IMAGEN REALIZADA CON IA

En el vasto universo de la mitología griega, encontramos relatos que, aunque antiguos, resuenan con sorprendente actualidad en el mundo empresarial. Uno de estos conceptos es la lotofagia, extraído directamente de las páginas de la inmortal Odisea de Homero. Esta idea describe un estado particular inducido por el consumo de una planta mítica, el loto, cuyos efectos sumergían a quienes la probaban en un olvido placentero, despojándolos de sus anhelos y, fundamentalmente, del deseo de retornar a sus hogares o a sus metas iniciales.

Trasladando esta poderosa metáfora al ámbito del branding, la lotofagia nos ofrece una perspectiva singular para comprender la necesidad de un rebranding. Podemos imaginar una marca que, con el paso del tiempo y quizás el éxito inicial, ha caído en una suerte de "olvido placentero". Esta situación no implica necesariamente un fracaso estrepitoso, sino más bien una deriva sutil hacia la complacencia, una desconexión paulatina de los valores que la impulsaron en sus orígenes y una creciente distancia con las necesidades y expectativas de su público.